jueves, 9 de junio de 2016

1994: PUERTO LAPICE: UN PUEBLO DE LA MANCHA

" En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme " ... Anduve por rutas y caminos, siempre buscando el Sur, que por estos pagos es "caliente", dejando siempre atràs campos y parcelas, pintadas de ocre, peladas, sin un àrbol; trigales lentos y ondulantes. Tal cual siempre los imaginè. Parajes de un Quijote que leì gozoso en la juventud. Allá a lo lejos, sobre una prominencia del paisaje, cúspide de colinas, resplandecìan en línea, a sol y sombra, una lìnea simètrica de enormes Molinos de Viento, blancos como la harina. Sus largos brazos trataban infurctuosamente de sujetar al viento; alimento necesario para sus aspas. Y allí nomàs, muy cerca, aparece una posta en el camino; Las ventas de Puerto Làpice, paraje y alojamiento, lugar de desquicios y luchas de aquel buen hombre vuelto caballero por obra y gracia de la locura por sus lecturas. Marcando un territorio de soledad y nostalgia, colgado había un atado de ajíes del piquillo secàndose al so. Pendiente de altas y pequeñas ventanas, protecciòn y refugio de intemperies. Las Ventas del Quijote. Parada ineludible en paso a Andalucìa. Luego de caminar sus corrales, cabizbajo, pateando piedritas, mientras la mente busca en el tiempo sonares y vozarrones de Quijotes y guarangos. Un momento que se guarda. Yo lo guardè. Aquí lo tengo. Luego seguir el camino buscando a Córdoba y sus tesoros. En cada curva, desde lo alto, luce altivo el toro negro, inmenso, poderoso, cima de cerros y colinas. Aparecen los cortijos en campos de pastizales y olivos. Alambres que contienen. Toros pastando. La Mancha a quedado atràs. Asoma Córdoba, Andalucìa, Miura y los toros. "Luego del tremendo golpe que recibiò de las aspas de un molino, dijo El Quijote a Sancho Panza: "Aquel sabio festòn,que me robó el aposento y los libros, ha vuelto estos gigantes en molinos para quitarme la gloria de su vencimiento". Ayudado por Sancho a montar a Rocinante, siguieron camino la Puerto Lápice, porque allì, decìa El Quijote, que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras" Miguel de Cervantes Saavedra : " El Quijote de la Mancha". Primera Parte. Capítulo VIII .

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