lunes, 20 de marzo de 2017

2016: Capadoccia; Turquía: En la Ruta de la Seda

Vamos en búsqueda del Nazar, el árbol de los Ojos Azules, talismán turco contra las malas ondas, las vibras, las brujerías, o como quieran llamarse . Lo encontramos sobre un balcón natural hacia el Valle de Goreme. Es un árbol, sólo y seco que lleva colgados cientos de aquellos ojos azules:  algunos más grandes, otros más pequeños. Penden de las ramas secas como si quisieran revivir la naturaleza inerte. Es casi imposibles resistirse a la tentaciòn de efectuar el pedido por los tres deseos. Asi lo hicimos. Estos ojos azules los volveremos  a encontrar en toda turquía y en las islas griegas también. Los camellos, plantados sobre su largas patas y soportando inmensa joroba, pastan sin pasto, beben sin agua. Son animales que parecen retro alimentarse a sí mismos. Mansos. Tranquilos. Por esta zona son casi limìtrofes, la belleza la acaparan los caballos. Aunque la naturaleza caprichosa, tallò una roca con  el perfil exacto de un  camello.
Si estamos parados en la ruta de la seda, al menos ver los capullos blancos de los exóticos gusanos, que construyen sus casas en estos capullos mientras elaboran inconcientemente  el preciado material, y también ver a la artesana que los enhebra y enrolla en conos de cartòn con una destreza que viene de siglos. Estamos en una fábrica artesanal de alfombras. Totalmente hechas a mano, con 100 nudos, con 500 nudos, con 1000 nudos. Hacen la diferncia. También las hay de la rusticidad del algodón y de la torpeza de la lana. También hacen la diferencia. Una caricia y aparece la diferencia. Tenemos enfrente al barbado vendedor turco; utiliza mil mañas tratando de vender su mercancìa. Hábil en destruir todos nuestro argumentos en contra: que si el traslado, que si el pago, que si las tarjetas, que si las cuotas. Para cada objeciòn una soluciòn daba el turco. Nos mantuvimos inflexibles. No compramos nada. Sólo bebimos el generoso té de granada con sales de limon y el raki, anís turco con agua, con que nos convidaron. Una decepción para un hábil vendedor Oriental. Ya vendrán otros que seguramente le comprarán. Había miles y miles de alfombras.
                                                                                                                               "de las Mil y una Noches" Anónimo. Noche 950. "  Scherezade dice: " y el mozuelo exclamó ! Ahí está el luchador! ! Que venga la vencedora! y en presencia de todos, bajò la joven al centro del patio, y se puso en la alfombra frente al muchacho. Y al punto golpeó el la alfombra con su varita, diciendo "Vuela con nosotros hasta la cumbre del monte Kaf " 
(El monte Kaf es la montaña de los musulmanes, quienes dicen que es el centro del mundo.  )






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