sábado, 11 de marzo de 2017

2016. SEPTIEMBRE. UN VIAJE AL ECUENTRO DE DOS CULTURAS : ESTAMBUL Y GRECIA

AYDYN VIVE EN ROLDÁN. Si afirmar una verdad muy conocida sirve para confirmar teorías, en estos momentos estoy confirmando una toería muy difundica, conocida y hasta remanida: Los viajes comienzan antes, transcurren durante y se termina gozándolos después. Comenzamos con Alberto Osman a idear este viaje nueve meses antes. Un parto. Elegir la fecha ideal, a comienzos del otoño del hemisferio norte, elegir los lugares, el tiempor de permanencia en cada uno de ellos, los transportes y los alojamientos. Decididos, sacamos pasajes en Turkish Airlines, todo el terrestre lo haremos con Estambul viajes , el reducto de Aydyn, una especie de Aladino del tour. El crucero lo haremos por nuestra cuenta con Goldium Cruceros. Satisfacción; todo listo, y a buen precio. Somos ocho los monos, al decir de los orozcos de Leon Gieco: Los Móodica, los Osman, los Parodi y se suman los Rinero de Casilda. De pronto, nuestro entusiasmo y la fantasía de explicar otras culturas, estalló en mil pedazos. Recibo en el celular un mensaje de Alberto el 13 de marzo 2016: "bombazo en Ankara. 27 muertos. Poné en venta los pasajes en Mercado Libre al 50%". Muy buena la ironía para descomprimir nuestra ansiedad. La zona está caliente. Siria en guerra, vecina de Turquía y los turcos participando de la contienda. El ISI y sus cabezas rodando, Alepo y los escombros, frontera extensa. Ideal para el atentado. Pero bueno, esto sucedió en Ankara y nosotros vamos a Estambul. Renace la calma. Calma que duró hasta el 29 de junio. Los noticieros se repiten. Todos con la misma noticia: Atentado suicida en el Aeropuerto de Estambul: Sonar de ambulancias, gente que corre, caos, sangre y muerte. Un hombre bomba se explotó en uno de los accesos al hall del Aeropuerto. Incomprensible hombres suicidas, guiados a la muerte, con la idea de ganarse el paraíso, dibujado por insensible líderes que persiguen el poder. Son 41 los muertos. Esto nos llena más de dudas: por la proximidad de la fecha y por el lugar del atentado. Justo el aeropuerto de nuestro destino. Se agranda nuestra duda. Como buen economista recurro a las estadísticas para la toma de decisiones: "si en Rosario hay más de 200 muertos al año, y aquí vivimos todos los días, las estadísicas ewstan a nuestro favor. En Estambul estaremos solo 7 días y los muertos allí son significativamente menores que los nuestros. Las probabilidades juegan a favor del viaje. Partece perverso. Pero yo lo pensé así. Seguimos adelante con el viaje. Nos juntamos para decidir tran niños envueltos, quebbe crudo, pasta de maní y baklavas diversas. cena que preparan nuestros "turcos" Leonor y Alberto. Alternamos buenas ondas con malas noticias. Los correos con Aydyn eran cada vez más frecuentes. Contestaba casi al instante. Una eficiencia total. Pero la cosa no termina allí: el 17 de julio le mando un mensaje a Alberto: "- Prendé los televisores. En Turquía hay un golpe de Estado y quieren derrocar al Gobierno de Erdogan. Acá las estadísticas se disparan. Todo es incertidumbre. Aydyn no sabe que aconsejarnos. Tirar todo para atrás aparece como lo más sensato. Aunque todavía falta un mes y medio para el viaje. Pasaron los días. Estudiamos los costos de hechar todo para atrás. El 5 de septiembre se acerca. Aydyn mantiene las reservas abiertas. La aerolínea no tiene razones. Hasta que Leonor tomó su determinación: - Yo voy. Nos empujó a todos. Nueva reunión, mas quebbe, más baklava, más niños envueltos...y Vamos a Turquía. Haremos el viaje. Confiamos en nuestra buena estrella y además los informes que recibíamos eran tranquilizadores. De todo este proceso nos queda: la ilusión de un viaje de ensueño, la incertidumbre por la seguridad y el miedo, y la eficiencia absoluta de Aydyn. Respondía nuestros mensajes a cualquier hora del día, buscaba la mejor solución y nos vendía siempre una opción mejor, todo a 12000 kilómetros de distancia. Esta desacostumbrada eficienca, para nuestra menera de pensar movía a suspicacia. De allí prendió la divertida versión de Lucas, el hijo mayor de Alberto, quién afirmaba que Aydyn a quien solo conocíamos a través de Internet, vivía en Roldán, solo 12 km y no 12000, y con nuestros mismos usos horarios. Además los recibos y los voucher que nos enviaba Aydyn eran de escasa credibilidad. Todos tenían el mismo número. Tal vez los turcos se manejen así. Nosotros tenemos la idea del talonario con la correlación de números. En fin. Allí vamos. Ya estamos todos en el bus que nos lleva a Ezeiza. Tenemos ese especial estado de gracia y felicidad que uno adquiere cuando se apresta a viajar.

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