viernes, 26 de mayo de 2017

2016: Kerkaporta: La puerta olvidada en las Murallas de Bizancio

La tarde se presenta tranquila. Estamos un tanto cansados por la larga caminata matutina. Surge la idea de pasear por los trentranvías de Estambul; allí tendremos asientos asegurados y recorreremos de una punta a la otra esta ciudad inabarcable y estratégica. Su ubicación en el mundo es clave para el dominio de los mares y de los continentes; es casi necesario que sea y haya sido, codiciada por todos los poderosos del mundo atravesando la historia. Más allá de los hititas, los persas y los sirios;  durante mi quinientos años estuvieron los griegos y los romanos en posesión de esta ciudad. Se llamó Bizancio, se llamó Constantinopla, hasta que llegaron los otomanos y la rebautizaron Estambul, en la historia reciente. Los Griegos y Romanos construyeron una tremenda muralla para defender el bastiòn; murallas que por kilómetros defendía la ciudad de la invasiòn por tierra y por kilòmetros defendìa la ciudad de la invasión por mar. Una doble muralla casi inexpugnable. Su resistencia duró más de mil años, al final cayeron ante los turcos otomanos, luego de un sitio a sangre y fuego. Las ruinas de esta muralla, la atravesè por la puerta principal, a bordo del tranvía esta tarde tranquila. Ascendimos en la estación más próxima al hotel, luego de obtener un ticket electrónico en una expendedora de última generación tecnológica. Recibimos el asiento, tal cual es norma moral de este pueblo, y comenzó el viaje entre escaleras, mezquitas, tiendas y bares. Y atravesé la puerta; fue como atrevesar la historia.


Dice Stephan Zweig en su libro: Los momentos estelares de la historia:
" " A la una de la madrugada ( 30 de mayo de 1453) el Sultán de la señal para comenzar el ataque. Agitando los estandartes y al grito de ¡Alá! repetido por tres veces, cien mil hombres se lanzan con armas, escalas de cuerda y garfios contra las murallas, mientras suenan simultaneamente charangas, címbalos y atabales..."
Cayeron los Bachibozucos, jóvenes semidesnudos, víctimas propiciatoria para cansar a los bizantinos. Cayeron los Anatolios, guerreros disciplinados y bien adiestrados. Van cayendo los Jenízaros, flor y nata de los ejércitos otomanos. Por unos instantes parece que la férrea defensa de sólo 8000 hombres va a salvar a Constantinopla de la caída... Pero una trágica casualidad, tuerce el curso de la historia. La llamada KEKAPORTA ha quedado abierta por un incomprensible error. Una pequeña puerta sobre la segunda lìnea de murallas, sólo usada por peatones en tiempos de paz y cuando las puertas principales estaban cerradas, ha quedado abierta, olvidada en la agitación general. El fin esta al caer... "

Una estaciones más adelante, bajamos del tranvìa con Mingo para obtener el socorro de un mingitorio, un barrio donde todo era taller mecánico, varias manzanas enteras de talleres uno al lado del otro. Sobre la calle de enfrente entramos a un Mercado abierto comunitarios. Abarrotado de mercadería, alimentos de muy buen aspecto y a precios muy bajos en relaciòn con los nuestros. Volvimos a la misma estaciòn de partida. Fue muy interesante comprobar el paso del tiempo con sólo traspasar una puerta.


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