sábado, 30 de enero de 2021

Cartagena de Indias.Colombia.2019.



Cartagena la de Indias, Cartagena  la del Caribe  la de aguas traslúcidas y templadas,   teñidas de turquesa y oro, refugio de corales y peces de colores,  y del temible tiburón  amenazante y voraz, tan voraz como aquellos piratas de parches y patas de palo que  azolaban sus playas de arenas blancas  vírgenes  tan vírgenes como las muchachas  indias codiciadas por los corsarios que la querían 
vírgenes, y rompían a cañonazos los muros que la encerraban. Es que dentro de las paredes se escondía el
 objeto de su deseo y de la codicia del  español hambriento de tesoros,  oro  y “justicia divina”.  Allí moraban  los tiranos y despiadados Inquisidores mudados desde Europa a tierra  americana con fines santos “non-santos.
 Tenían su casa de dolores y martirios con
  patios andaluces interiores en donde  las flores  no podían ocultar los rostros  de dolor y sufrimiento de  inocentes  de cuellos blancos, negros ycobrizos, que esperaban en sótanos sucios en compañía de ratas y alacranes,  la soga que les quitaría el aire, sólo porque creían  que  la lluvia no cesa  hasta  ofrendar un venado al  dios pagano y que los males se curan con hongos y efluvios  de serpientes. El sello de la conquista dejó aquí duras raíces, fue Pedro de Heredia  su fundador arrebatado por perdidos amores a Catalina la India más bella entre las bellas. Se trazaron calles, se levantaron
moradas y templos, y balcones
  
interminables cubiertos de flores y malvones rojos y decoradas barandas de madera tallada y se crearon mercados de frutos y de esclavos,  de negros esclavos que bajaban
 de   los barcos arrastrando gruesas cadenas y cabezas gachas
incubando rencores y echando raíces. Llegaron los tiempos dela Libertad. Esto es Colombia, no España, aunque España no

está dispuesta a perder su joya sobre el Caribe y a sangre y fuego fusila y mata. Los mártires
  cayeron, pero el pueblo siguió. Revivió con nuevos colores, vistió los frentes con  
matices pasteles y colgó guirnaldas de colores en sus calles festivas, Inventó poetas y cobijó
escritores y cerró la grieta a fuerza
  de cumbias y vallenatos. Cuando el sol se pone y tiñe sus playas de color oro, y vuelven los pescadores con el fruto de su trabajo y los cañones del fuerte extienden su sombra
agigantando su figura silente y vacía, porque hoy los piratas llegan

en aviones, cuando comienzan a encenderse las luces del pueblo viejo y un aire ceniciento lo cubre todo y el ritmo
  cambia, pasa del trabajo a  fiesta y los carros con un caballo pasean por la ciudad turistas y enamorados. Ese aire no puede perderse y subimos a uno de ellos a pasear nuestra curiosidad mientras jóvenes cazadores de

dólares sueltos
  nos siguen al pie,  cantando un rap para Di Caprio que a todas luces van dirigidos  a mi amigo Tedy  y se llenan los
bares y cierran las barberías que lucen aires de otros tiempos luego de un día cortes y afeites. Buscamos en lo de Marzola el chorizo y la tira asada en medio de un aire argentino de esta américa globalizada. Estilo de cantina llena de filete, gardeles, banderas y camisetas del fútbol. La de Newells por supuesto y salimos satisfechos con las carnes asadas. Mañana cenaremos mariscos y perscados recièn salidos del mar. Por sus calles deambulan vendedores de toda laya: billetes de lotería, frutas frescas tropicales, cuadros recién pintados, máscaras africanas y copita de ron. Las palenqueras ofrecen su imagen para la foto y rodajas de ananá. Negritas muy bien cuidadas con sus faldones largos y colores de colombia. La tradición viene de Palenque, suburbio negro de cumbia y candombe.


Cartagena es tal cual la soñé llena de ritmos y colores, tal cual la imaginé mientras acompañaba a Florentino Ariza por burdeles y a escondidas en los relatos de los tiempos del cólera que describe García Márquez en "el amor en los tiempos del cólera". Una ciudad caliente y cálida que sólo se puede describir poesía. Sólo se puede describir con una pluma nobel. "Cartagena de Indias es un bocado suculento, apetitoso y agradable para quienes toman como protagonista de sus poesías. Cada poeta que llegaba al corralito de piedras, sentía el llamado de las profundidades de la historia y de las leyendas que le narraban las musas" José Guillermo Daniels García. www.ciudadpaz.com


"...tus playas son el reflejo/de la luz que el sol alumbra,/ y tus noches cautivantes/a toda gente deslumbra./ Con mirada y paso firme/todos quieren transitar,/tus calles y callejones/disfrutando de su andar. /Y cuando en coche paseas/tus emociones no encubres,/cuando el jinete describe/su historia mientras descubres. /Que la magia está en la historia/y lo bello que aquí encuentras y por muchos es llamada/
el corralito de piedras./Y que hay de su bella india/ a quien llaman Catalina,/en su espigada figura/a todo el mundo fascina....y las negras palanqueras/con sus trajes coloridos,/te ofrecen dulces y frutas/agitando tus sentidos....Cartagena hermosa eres/de Indias serás llamada,/ven aprecia su belleza/de día, noche o madrugada".Clarisel Mendoza Ladeu

Cartagena de Indias          Jorge Guillén.    !Cuanta España a quedado por aquí/por estas calles y por estas plazas. Largos balcones como corredores / y rejas de madera con balaústres sobre las ventanas/patios profundos de toda Andalucía. Ante el mar la ceñuda fortaleza/que los tesoros guarda.Y también imponente/ obra sí de los Romanos-la muralla y todo bajo el sol/de trópico, luz y palmeras altas/o tempestades súbitas/ de inmensidad con fábula/y negros, indios y blancos/generosos de lengua castellana! Cuánta vida a dejado por aquí/la España desgarrada.

Meira del Mar - Romance a Cartagena! Ay Cartagena de Indias, bien nacida y bien nombrada!/ !He de tejer un romance para tu sien levantada!/Morena y erguida sola,  de piedra y sueño forjada/ prendida de cuatro clavos tu me has quedado en el alma./Cuatro clavos de recuerdo, fina punta, dura plata-y el puñalito de oro que sabe hundir la nostalgia!
Cartagena la de Indias, bien nacida y bien nombrada 
Eduardo Lamaitre

La Piratería Amenazante/   ..desde que los piratas violaron tus altares/
cayeron tus murallas, decrépitas encinas/
y en tus escombros tristes, mil fúnebres collares/
dejaron a su paso las balas asesinas.



Extraído del libro " El amor en los tiempos del cólera" de Gabriel García Márquez./ "El Dr. Juvenal Urbino hacía sus visitas de la tarde en un Lando con dos caballos alazanes dorados, luego cambió por una Victoria de un solo caballo cuando ya los coches empezaban a desaparecer del mundo y los únicos que quedaban en la ciudad sólo servían a los turistas". Había guirnaldas de papel en las calles, música y flores y muchachas con sombrillas de colores y volantas de muselina que veían pasar la fiesta desde los balcones. En la Plaza de la Catedra´, donde apenas se distinguía la estatua del Libertador entre las palmeras africanas y las nuevas farolas de globos. De las cantinas sórdidas salía el trueno de música de parranda sin Dios ni ley del Pentecostés de los pobres." 
El Libertador




Más allá del casco antiguo que sabido es, guardado por las piedras de las viejas murallas, donde fijó su bandera el poder, virreyes y gobernadores, jueces e inquisidores, obispos y pastores, comerciantes y mercachifles y barberos a granes. Cartagena tiene otro barrio donde cunde la bohemia y los excesos de pobres. Fuera de las piedras, apenas cruzando el paseo donde cayeron los Mártires de la Libertad deseada, donde remonta vuelo el Pegaso marcando la entrada a Puerto. 
El Bario de Getsemani: barrio pobre de retaguardia, lleno de colores y gigantescos murales, de bares de cerveza y refrescos de frutas frescas: tamarindo, níspero, piña, maracuyá, guayaba, mango, banana guanabara, gente mestiza de una nueva raza más alegre y sentida, de ánimos colores de mar Caribe. Pacientemente sentados con miradas pícaras y curiosas hacia el nuevo invasor: el turista. Atrás quedaron los piratas y los impiadosos hidalgos españoles. Los cargosos turistas son muy generosos: con sus monedas duras alumbraron la oscuridad de la pobreza. Cualquiera debe quedar encantado con la magia de sus calles de sus paraguas colgados y guirnaldas de papel, de bares saturados de mar y bohemia y sus paredes  acariciadas por los pinceles de artistas callejeros. Cartagena. Colombia. Mi corazón está contento contigo.



































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