lunes, 17 de agosto de 2015

1999. VERONA. ITALIA

"Los eternos amantes de Verona" -Shakespeare nunca estuvo aquì. Rotunda fue la afirmaciòn de aquèl veronés para negar la presencia del notable escritor inglés por estos lares. -No conociòn Verona ni Venecia. Nunca estuvo en Italia, ma, escribiò historias de aqui. Y entonces... ¿el balcòn de Julieta? Lo habìamos visto con nuestros propios ojos. ¿Y la puerta de aquella mansiòn Capuleta llena de minúsculos graffitis? Tenemos registro de ello. -Necesidades del turismo. Lo que vieron es una mansiòn de época, ma no lca casa y el balcòn de Julieta. Cuando la ficciòn se mezcla con la realidad ya nada parece verdad. Para mì, la verdad es que Verona es una bellìsima ciudad medieval, llena de plazas secas, tapizadas por adoquines hechos de un granito invencible, resistentes al fragor de cascos herrados en agitados e inquietos corceles, sin un sòlo árbol donde apaciguar los efectos del inclemente sol de verano . Su arquitectura conserva los aires del tiempo que pasò, regocijo para la mirada exigente. Indiferente a las peleas trivales entre Montescos y Capuletos, hoy la lucha està entre los famosos paninis italianos y las universales hamburguesas de combos diversos, entre el pícolo cafè expresso y el helado en cono. Como estàbamos de paso en nuestro viaje a Venecia, sòlo nos quedamos en Verona, el tiempo suficiente para comprobar que Shakespeare, allá por el mil quinientos estuvo aquì. ¿ O no ?

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