Las Bikinis de Chanel en la Casa de Casale

Entre amapolas y trigos recorrimos los intrincados caminos rurales de Sicilia. Un paisaje impresionista digno de la paleta de Monet. Extasiado no deje de admirar la belleza de tanta naturaleza cultivada, mientras trepaba colinas y descendía a tapizados valles de alfombras bañadas de sol y cielo. Entre rojos y amarillos, verdes y violetas, naranjos en flor, olivas y vides, llegamos donde estaban Ellas. Nos separan más de 2000 años, pero lucen como si fueran modelos de Chanel. Cuerpos femeninos esbeltos y sensuales,en agradables e inocentes juegos de playa y ¡VESTIDAS CON BIKINI!. Lo único que faltarìa a esta escena es que la pelota playera conque juegan las niñas, Sea a Plàstico. Allí esta este mosaico. En la Piazza Armerina, corazòn de Sicilia. Esta Casa Romano de Casale con sus mosaicos pintados bien frescos. Es una magnìfica ocasiòn para alimentar las teorìa que afirman que " las modas siempre vuelven". Las chicas romanas pintadas en bikini y rescatadas del tiempo en esta casa enterrada por barro y lodo, y siglos e inundaciones, conservadas como si estuvieran por ir hoy a la playa. Seguimos entre valles y montañas, colinas y llanuras, en bùsqueda de Agrigento, la tierra natal de Chicho, mi vecino de Rosario en el Siciliano barrio de Bella Vista, quien me pidiò que no lo buscase, no lo nombrase, ni lo pensase, porque me dijo que en Sicilia las cuentas estàn siempre pendientes y el tiempo no las prescribe. Callé en honor a mi amigo de argentina. Nos detuvimos en Segesta, imponentes templos griegos en tierra de pastores. Me sentì insignificantes debajo de sus columnas dòricas. Unicas sobrevivientes de furiosos ataques Cartagineses . Templo abierto al cielo, techo azul, intenso, intruso. Segesta mediterráne si se puede ser mediterrráneo en una isla. Por estos pagos supo caminar Empédocles, filósofo antecesor de Sócrates y Aristòteles, en sus bùsquedas anàlisis del hombre, la física de los elementos y la fìsica social entre tiranos y demòcratas. Apenas 500 años antes de Cristo. Seguramente agobiado por la incomprensiòn, moneda corriente para pensadores y filòsofos, se fue a bañas a las hirvientes lavas del Etna. La vieja Europa y sus recòndidos lugares te aplasta con historia y piedra.