El barco lentamente se va alejando de la costa. Atrás está quedando la Isla de los Pájaros: Kusadassi en turco. La gigantesca escultura blanca simbolizando una mano abierta cual si dejara escapar a las aves que salen volando hacia el mar, parece saludarnos a lo lejos. Las gaviotas aùn sobrevuelan el Crucero, pero están prontas a regresar a tierra y cobijarse en la calides de aquella mano. El mar Egeo nos recibe calmo: las furias de Neptuno descansan, el cielo despejado de azul intenso se funde con el mar, mientras los delfines saltan en su baile ritual con una coreografìa perfecta. Parece que se alinean las cosas para que podamos disfrutar de uno de los lugares mas bellos del mundo; cobija historia llena de mitos y misterios, escenario de descarnadas luchas del hombre por el poder y una belleza natural inmedible. Al atardecer de nuestro primer dìa, descendimos en la Isla de Patmos. La geografía no cambió pero la arquitectura y la cultura sí y en forma evidente. Todo es blanco y azul , las casas, las ropas, las banderas. Sobresalen los campanarios de las Iglesias y las cruces ortodoxas al tope, y los íconos con ímagenes inundan las paredes de los templos y se convierten en la más viva expresiòn del arte y la pintura. Todos objetos ignorados por la cultura islámica. Allí enfrente apenas unas millas de distancia . Otros son sus símbolos, otra su arquitectura. La ciudad de Skala, principal de Patmos luce encendida. En sus bares y restaurantes reina el vino y la cerveza, el canto y la bohemia. En esta isla, fue, segùn cuenta la historia, donde el Apíostol Juan escribió los libros del Apocalípsis, mientras sufría el destierro romano. La tranquilidad reinante no daba el mínimo vestigio de una catástrofe fina, pero el tiempo va, y uno vaya a saber. Muy cerca de aquì truenan los cañones. Las que sí estaban al borde del Apocalipsis, eran dos jovencitas muy rubias, muy europeas nórdicas, tiradas en la calle, una sobre la otra, muy drogadas e incoherentes. Una desmayò, mientras que la otra delibraba y apostrofaba a los curiosos y a quienes se arrimaban para ayudar. Un desquicio. En verdad, en las calles del Islam turco, nunca se nos habìa presentado una escena como esta. Seguimos con aires de lentitud recortando el perfil de la ciudad, y al fondo, sobre un cerro en cuyas alturas se recortaba la silueta de tres molinos de viento con enormes aspas, libres al viento del Mediterránea. Los molinos y el trigo, el pan y la pasta, son sìmbolos de la comida de estas regiones.
Embarcando en Kussadasy en el Crucero |
Patmos joyería |
Patmos: Descanzo |
Kussadasy: |
Patmos Puerto |
Patmos; bar y bohemia |
El Apocalypsis o la Revelación ( segun significado en griego) fue escrito por el Apostol San Juan en su destierro en la Isla de Patmos. Escribe la Revelaciòn que había tenido, por orden de Dios, para las siete Iglesias de Asia ( Epheso, Smyrna, Pérgamo, Sardis, Thyatira, Philadelphia y Laodícea) : "Bienaventurado el que lee con respeto y escucha con docilidad las palabras de esta profecía:
La Biblia: Libro del Apocalypsis: "El alfa y el omega en el principio y el fin de todas las cosas"
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